Siempre lo dijimos, las elecciones se ganan haciendo política, con dirigentes atractivos, con propuestas claras y con una fuerte inserción territorial. ¿Y la comunicación? La comunicación ayuda a transmitir todo eso y puede ser determinante cuando los números son parejos.
Por eso vale la pena una mirada sobre las estrategias de los dos principales candidatos en las elecciones de gobernador de Corrientes celebradas recientemente.
Ricardo Colombi eligió provincializar la contienda y Camau Espínola nacionalizarla.
Cada uno tuvo buenas razones para decidirlo y sus campañas empezaron hace cuatro años.
El slogan de gestión de Colombi fue ARRIBA CORRIENTES, un grito de corazón que significaba pongamos a Corrientes por encima de todo y al mismo tiempo, vamos correntinos que podemos. Espínola eligió pegarse a la imagen del Gobierno Nacional y atarse a su suerte.
Ricardo fue candidato por Encuentro por Corrientes (ECO), una fuerza netamente provincial, con colores propios vinculados al radicalismo local que usa el verde y no el rojo tradicional y a la naturaleza tan esplendorosa de su provincia. Verde esperanza, verde vida. Espínola fue candidato por el FPV, una fuerza nacional que es la marca del kirchnerismo. Pero además tomaron otras decisiones. Ricardo incluyó en su discurso una fuerte carga de historia, tradiciones y valores propios de la cultura correntina. Y Camau prefirió rodearse de figuras del gobierno nacional, como Boudou, los ministros, los gobernadores K y cuando pudo se fotografió con la Presidenta. Esto que podría haberlo ayudado cuando lo decidió hace dos años y CFK ganaba por el 54%, le jugó en contra cuando la Presidente perdió la mitad de su imagen y sus votos.
Los slogans de campaña fueron otro diferencial, el de Ricardo fue POR CORRIENTES, en línea con su discurso. El del intendente capitalino PAZ, AMOR Y TRABAJO, una especie de comodín electoral que no decía mucho.
Las fotos de los afiches también los diferenciaron, Ricardo fue captado en marcha, saludando con el pulgar hacia arriba, como diciendo “vamos bien”, mirando a los ojos, en un escenario real de Corrientes. Camau mirando al “futuro” en una fría foto de estudio y en actitud distante.
Otro punto fue la música, Ricardo utilizó tres temas muy vinculados a la cultura local, uno carnavalero, un chamamé y una cumbia. Los jingles fueron compuestos por Aldy Balestra y Waly García y la cumbia la cantaron muchas de las figuras emblemáticas de la movida tropical correntina, transformándolo en el hit de la campaña. El intendente prefirió adaptar un tema de Kapanga, Ahí viene Ramón se transformó en Ahí viene Camau, una vez más no usó la simbología correntina y para colmo fue denunciado por el Monito, líder de la banda, por no pedir autorización para usar su tema, lo que no impidió que lo siguiera usando dando una mala señal de apropiación de lo ajeno.
En materia de televisión, Ricardo usó tres piezas de bajo presupuesto, Por Corrientes, Cumbia y Pueblada, cada una de ellas costó 10.000 pesos. Camau usó publicidades de gran factura, impecables, hechas por equipos contratados en Buenos Aires, cada uno de sus spots costó unas 50 veces lo que gastó Colombi.
A excepción de Persuasión que coordinó la comunicación, todos los equipos que trabajaron en la campaña de Ricardo Colombi fueron correntinos, músicos, fotógrafos, equipos de filmación, todo Made in Corrientes. Los de Camau fueron todos porteños coordinados por figuras del Gobierno Nacional como Yaguar y contó con fuerte respaldo publicitario de TELAM para obtener la buena voluntad de los medios locales y nacionales.
En el final de la campaña Camau trató de tomar distancia de Cristina Kirchner porque su imagen era mejor que la de la Presidenta, pero resultó tarde.
En una provincia tan orgullosa de su identidad, al punto de ser conocida como la República de Corrientes, sin duda la elección de Ricardo Colombi tuvo una lógica impecable.
Como dijimos al principio, Ricardo ganó por méritos propios, la comunicación sólo potenció su esencia que sintonizó en el tiempo con el deseo mayoritario de los correntinos.
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